¿Qué son las bebidas energéticas?
Las bebidas energéticas son productos diseñados para aumentar el estado de alerta, la concentración y el rendimiento físico o mental. Suelen contener cafeína, azúcares, vitaminas del grupo B, aminoácidos (como la taurina) y otros estimulantes como el guaraná o el ginseng.
A diferencia de las bebidas deportivas, que están pensadas para reponer líquidos y electrolitos tras el ejercicio, las energéticas buscan estimular el sistema nervioso. Por eso, su consumo se ha popularizado entre jóvenes, estudiantes y personas que necesitan mantenerse despiertas durante muchas horas.
Riesgo y efectos secundarios
Aunque una lata ocasional puede parecer inofensiva, el consumo frecuente o excesivo de bebidas energéticas puede provocar efectos adversos importantes:
Aumento de la presión arterial y frecuencia cardíaca.
La cafeína estimula el sistema cardiovascular, lo que puede ser peligroso en personas con hipertensión o problemas cardíacos.Alteraciones del sueño.
Su efecto estimulante puede causar insomnio, especialmente si se consumen por la tarde o noche.Dependencia y tolerancia.
El cuerpo se acostumbra a la cafeína, lo que puede llevar a consumir más cantidad para obtener el mismo efecto.Problemas digestivos.
El exceso de cafeína y azúcar puede provocar acidez, náuseas o malestar estomacal.Riesgos al combinarlas con alcohol.
Esta mezcla es especialmente peligrosa: el efecto estimulante de la cafeína enmascara la embriaguez, lo que aumenta el riesgo de intoxicación etílica y conductas imprudentes.
Medidas para el consumo de las bebidas energéticas
Para mejorar el control, desde el Comité Científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) se acordaron los siguientes puntos sobre su consumo:
- Las bebidas con alto contenido en cafeína son aquellas que aportan más de 15 miligramos de esta sustancia por 100 mililitros de bebida. En el etiquetado de esas bebidas hay que informar del contenido de cafeína y se expresa en miligramos por 100 mililitros (mg/100 ml). Normalmente, de media, las llamadas «bebidas energéticas» contienen 32 mg de cafeína/100 ml.
- El Reglamento (UE) 1169/2011 obliga a incluir la siguiente mención en el etiquetado de bebidas con alto contenido en cafeína «Contenido elevado de cafeína: No recomendado para niños ni mujeres embarazadas o en período de lactancia» en el mismo campo visual que la denominación de la bebida, seguida de una referencia al contenido de cafeína expresado en mg por 100 ml.
- “Las bebidas energéticas con azúcares” pueden contribuir a exceder la ingesta diaria recomendada de azúcares simples (50 g al día según la recomendación de la OMS) ya que una lata de 250 ml aporta entre 27,5 y 30 g y el envase de 500 ml entre 55 y 60 g.
- Un consumo excesivo de cafeína puede provocar efectos fisiológicos no deseados que van desde la alteración del sueño, tanto en el tiempo necesario para conciliarlo como su duración, hasta efectos psicológicos y alteración del comportamiento, así como trastornos cardiovasculares.
- Un consumo regular de cafeína puede causar dependencia física moderada a partir de 100 mg/día y tolerancia a esta sustancia, creando la necesidad de consumir una dosis mayor que la inicial para conseguir un efecto similar al original.
- El consumo de más de 60 miligramos de cafeína en adolescentes de 11 a 17 años (unos 200 mililitros de bebida energética con 32 mg de cafeína/100ml) puede provocar alteraciones del sueño. A partir de 160 miligramos de cafeína (500 mililitros de una bebida energética con 32 mg de cafeína/100ml), puede provocar efectos adversos generales para la salud: efectos psicológicos y alteraciones comportamentales y trastornos cardiovasculares. Estos efectos se sumarían a los de otros alimentos que contengan cafeína: café, té, chocolate, guaraná, etcétera. No se recomienda su consumo por los adolescentes.
- No deben combinarse bebidas energéticas con bebidas alcohólicas. Estudios recientes demuestran que el consumo de alcohol mezclado o en combinación con bebidas energéticas conduce a estados subjetivos alterados que, entre otros efectos, incluyen una disminución de la percepción de intoxicación etílica.
- Si eres deportista, ten en cuenta que las bebidas energéticas no son bebidas diseñadas para la rehidratación. Por ello, las bebidas energéticas no deben sustituir a la hidratación y recuperación de metabolitos por medios convencionales como el agua o, en su caso, a través de bebidas isotónicas.
- Las altas concentraciones de cafeína son especialmente perjudiciales para personas con determinados cuadros clínicos, como hipertensión o alteraciones del sueño, pudiendo agravar los síntomas. En el caso de padecer alguna afección como las aquí mencionadas, así como si consumes cualquier tipo de medicación de manera habitual, consulta con tu profesional sanitario la idoneidad de consumir estas bebidas.
- Como en el caso de otras sustancias con efectos sobre nuestro organismo, los efectos adversos generales que podría ejercer la cafeína y otros ingredientes presentes en las bebidas energéticas dependen de nuestra masa corporal. Cuanto menor sea tu peso, más alteraciones producirá en tu organismo; tenlo en cuenta al consumir estas bebidas. Si finalmente decides consumir bebidas energéticas, hazlo de manera ocasional y limita la ingesta a los formatos de menor tamaño.
Recomendaciones de consumo
Por lo desde la AESAN se hacen las siguientes recomendaciones con respecto al consumo de las bebidas energéticas:
Evitar su consumo en caso de niños y niñas, adolescentes, mujeres embarazadas y mujeres en período de lactancia.
No combinarlas con bebidas alcohólicas.
No tomarlas para rehidratarse tras realizar deporte.
Consumirlas ocasionalmente, eligiendo formatos pequeños y si se toma alguna medicación habitual, consultar con el médico.
Os dejamos una infografía sobre el consumo de las bebidas energéticas publicada por la AESAN, por si os es de utilidad: recomendaciones_consumo_bebidas_energeticas.pdf
Esperamos os haya gustado esta entrada.
Gracias por leernos.
Nos vemos en la siguiente 🙂
