SEGURIDAD ALIMENTARIA EN NUESTRO MENÚ NAVIDEÑO I: LA COMPRA
¡Buenérrimos días!
¡15 de diciembre! A diez días de las navidades y nosotros con estos pelos…¿Cómo pintan las fiestas? ¿Las celebráis en casa o en el restaurante? Si las celebráis en casa hoy estáis de suerte 😉 Vamos a centrar las próximas semanas en una serie de consejos para evitar una intoxicación alimentaria casera (ya sabéis que estas cosas nunca pasas hasta que pasan…).
En estos días, se tienden a comprar productos “más especiales” que el resto del año, y también se tiende a comprar en exceso (más vale que “zozobre que zofarte”). En próximas redes nos centraremos en minimizar riesgo en elaboraciones y almacenamiento de sobrantes..pero vamos a comenzar por el principio ¿Qué es lo primero que debemos tener en cuenta a la hora de minimizar riesgos en nuestro menú navideño? : ¡LA COMPRA NAVIDEÑA! Vamos con los consejos referentes a este punto:
- Cantidad: Este consejo además de sobre seguridad alimentaria es consejo dirigido a nuestro bolsillo (que con los tiempos malitos que están también se agradece). Lo primero que debemos hacer es planificar a cerca de cantidades en función del número de comensales. Recomendación: intentad no comprar de más (consejo no apto para madres…).
- Pescado y marisco: ¿Fresco o congelado? En este punto también podemos ahorrar unas pelillas. Recomendación: inclinaros por el congelado si conseguís planificar el menú con suficiente antelación. A unos días de navidad el marisco congelado también habrá experimentad una ligera subida de precio, pero aun así, seguro que mucho menor que el mismo producto en fresco…. Mucha gente se piensa que el producto fresco es mejor que el congelado y no siempre es así. El producto fresco se asocia con una mayor “calidad” o sabor, pero si nos vamos a productos de calidad, y realizamos un proceso de descongelación adecuado, el producto congelado es igualmente válido. Lo único que tendremos que tener en cuenta es planificarnos correctamente con la conservación de los alimentos y la descongelación. Recordad acudir al mercado siempre con bolsas isotermas, y dejar la selección de estos tipos de productos para el final de la compra. Es decir, siempre que vayamos a comprar empecemos primero con la selección de seco (turrones, frutos secos, enlatados….). En las compras navideñas siempre se entretiene uno un poco más comparando gran variedad de artículos y precios (no sé si os pasa a vosotros, pero yo en el pasillo de turrones me puedo pasar como dos horas…y ya si me paro a leer un poco la composición y etiquetado nutricional, ¡¡¡ni te cuento!!!!). Dejaremos para el final la selección de frescos y congelados. Recordad también no dejar la compra en el coche mucho tiempo (“¡Ostras! Que se nos había olvidado el regalo de la tía MªLuisa! Vamos a por el en cinco minutillos, ya que estamos en el Centro Comercial!”…). Recordad también seleccionar productos congelados correctamente, sin signos de descongelación parcial (blandos o aguados…). Recomendación: bolsa isoterma y rapidez en traslado.
- Si os decantáis por el producto fresco, que no “os la metan doblada”. Lo primero es adquirirlo con la mínima antelación posible a cuando lo vayamos a preparar (24 horas antes). Estos productos deben presentar un olor agradable e intenso. Los aromas fuertes o desagradables son indicio de deterioro del producto. Muchas veces en la pescadería, es tanta la cantidad de mercancía, que no somos capaces de diferenciar los olores, y es cuando llegamos a casa y abrimos el paquete cuando comprobamos que el pescado o el marisco no está en condiciones. Recomendación: no esperéis a las 20:00h del día de nochebuena para abrir el paquetito con el besugo que hemos comprado. Nada más llegar de la compra, abrid el paquete, oled el producto y si no está en condiciones corriendillo (como María la del villancico del chocolatillo que le están comiendo…) a la tienda con el producto. Si el producto está en condiciones aprovecharemos este momento para trasvasarlo a un recipiente inerte de fácil limpieza y desinfección (plástico o cristal) provisto de tapa y de rejilla de fondo, para que permita que el producto exude sin que el líquido liberado entre en contacto con el alimento (no os podéis hacer una idea del caldo de cultivo que suponen los exudados del pescado, marisco y carnes…).
- En el caso de moluscos destinados a ser consumidos en vivo, obvia decir que también deberán adquirirse con la menor antelación posible, y conservarse en este estado hasta su consumo. Hay que desconfiar de los moluscos bivalvos (almejas, navajas, ostras…) que no se muevan o no cierren las valvas cuando se toquen.
- Si nos planteamos el adquirir productos frescos con suficiente antelación para congelarlos nosotros en casa (opción muy válida y recomendada), simplemente tendremos en cuenta que el producto no haya sido previamente descongelado (deben informarnos en el punto de venta). También consideraremos que los mariscos como langosta, cigalas o langostinos es mejor congelarlos una vez cocidos.
Pues hasta aquí los consejos con las compras Navideñas. No hemos dicho que debemos adquirir los productos en establecimientos autorizados y que consten siempre de un correcto etiquetado, pero son cositas más que obvias….(además ¡ya os hemos dado bastante la lata con el tema del etiquetado últimamente!)
¿Qué menú vais a elaborar? ¿Esperareis hasta el último día para la compra de los productos u os inclinaréis por congelarlos o adquirirlos ya congelados?
¡Ánimo con vuestra planificación!
Recordad que ¡Juntos alimentamos la seguridad!
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