MANTENIMIENTO HIGIÉNICO-SANITARIO DE PISCINAS
¡BUENOS DÍAS GENTE!!!! El verano ya llegó, ya llegó, ya llegó….y con él, ¡el tiempo de piscinitas!
No sé si sabéis que además del tema de la seguridad alimentaria, nos dedicamos al control de aguas, esto es: aguas de consumo, control de legionella y aguas recreativas. Dentro de estas últimas tenemos a nuestras amigas las piscinas, tan refrescantes ellas ahora que el calor aprieta…
Sin embargo, las piscinas, no dejan de entrañar un potencial riesgo sanitario importante si las instalaciones no reúnen las condiciones adecuadas o si no se establecen los mecanismos necesarios para garantizar la calidad óptima del agua (y calidad del aire den las piscinas cubiertas). Pensad que una piscina no deja de ser un conjunto de agua estancada, que es sometida a un proceso de depuración continuo…
Es por ello que existen una Normativa Nacional (Real Decreto 742/2013, de 27 de septiembre, por el que se establecen los criterios higiénico-sanitarios de las piscinas) además de las correspondientes normativas autonómicas (para acabar de liar la cosa…). Hay que destacar que la Normativa Nacional únicamente hace referencia al mantenimiento higiénico-sanitario, es decir: parámetros a controlar y niveles parámetricos de la calidad físico-química y microbiológica del agua (niveles de cloro, pH, numero de bacterias aerobias, coliformes…), mientras que las normativas autonómicas contemplan en mayor o menor medida otros criterios de seguridad de las instalaciones (características constructivas, personal socorrista mínimo, dotación de material de primeros auxilios, normas de uso público…).
En general los riesgos derivados del uso de la piscina se clasifican en dos tipos:
Accidentes: La causa de los accidentes puede ser consecuencia de un diseño inapropiado, por un mantenimiento deficiente de las instalaciones, o por el mal uso que puedan hacer los usuarios de las mismas. Los accidentes a su vez se clasifican en lesiones traumáticas y accidentes por inmersión (retenciones subacuáticas por inadecuada protección del sistema de desagüe, aspiraciones laterales no protegidas…)
Infecciones o intoxicaciones: Ya se ha comentado que los vasos están permanentemente llenos de agua. Como todo volumen de agua estancada, la de las piscinas está sometida a procesos de contaminación, incrementados por la continua inmersión de personas que actúan como vehículos. Antes en las piscinas se vaciaba el vaso cuando era evidente que el agua estaba sucia. Sin embargo, este procedimiento no garantiza la calidad sanitaria del agua además de suponer un derroche de un recurso escaso. En la actualidad, las aguas de piscinas se regeneran en un circuito cerrado, es decir, el agua progresivamente contaminada por los bañistas se somete a un tratamiento adecuado de depuración física (filtración) y química (adición de desinfectante, normalmente cloro) y se vuelve a introducir en la piscina.
Así que como podéis comprobar la normativa nacional únicamente contempla el segundo tipo de riesgos derivados de la calidad del agua (y aire en climatizadas).
Si os parece en las próximas redes nos centraremos en los diferentes tipos de intoxicaciones e infecciones que pueden provocar este tipo de instalaciones (que dan para unos cuantos fascículos). ¡A ver si no os quitamos las ganas de bañaros!!!!
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Y que… “Juntos Alimentamos la Seguridad”.