INSECTOS EN LA ALIMENTACIÓN

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Si hace un par de semanas os traíamos la entrada de algas (podéis verla AQUÍ ) y ya a más de uno le provocábamos escalofríos, mirad lo que os traemos hoy: ¡ENTOMOFAGIA! Sí amigos: la ingesta de insectos y arácnidos, o artrópodos en general, es un hábito alimenticio muy extendido en algunas culturas de la Tierra. África, Asia, Latinoamérica y Australia son regiones donde es algo habitual. No obstante, en algunas otras como la nuestra, es algo poco común:¡hasta ahora!

MODA COMER INSECTOS

Y es que cada vez parece estar más de moda este nuevo “manjar”. Muchos ya dicen que es la proteína animal del futuro.El sistema actual parece insostenible con una demanda cada vez mayor de productos de origen animal. Si es que somos demasiados en el planeta consumiendo carne…

VENTAJAS COMER INSECTOS

A continuación os dejamos una serie de ventajas de utilizar los insectos como alimentos:
  • Al contrario que ocurre con otros animales que sí comemos, los insectos apenas tienen agua en su carne. Este hecho les da un peso escurrido mucho mayor . En otras palabras, cuando compramos un kilo de insectos, compramos mucha más proteína de calidad. Y por supuesto, sin hueso. De una vaca se aprovecha el 40%, de un cerdo el 55%, de una gallina el 50% y de un saltamontes ¡el 80%!
  • Al tener menos agua, menos grasa y menos partes no aprovechables, los insectos pueden aportarnos mucha más materia proteica específica. Se necesitan ocho kilos de carne de vaca para aportar un kilo de peso a la persona que lo ingiere. Sin embargo basta con 1,7 kilos de insectos para conseguir el mismo efecto. Además, mientras que 100 gramos de ternera nos aportan seis miligramos de hierro, algunos insectos pueden contener hasta 20 miligramos de hierro/ 100 gramos.
  • Aunque el explotar estos bichillos, no implica las grandes explotaciones agrícolas de terreno que requieren los mamíferos..
  • La explotación de insectos, dejaría menos residuos. Ahora bien, conviene matizar que se habla de insectos de granja, no de los silvestres. En estos último sí preocuparía la presencia de pesticidas.
Y es que si nos paramos a pensar no es algo tan descabellado. Los cereales con los que hacemos harinas suelen estar poblados de gorgojos que se los comen, al igual que el arroz. Al moler el cereal también se muelen estos pequeños insectos, que pasan a formar parte de la masa. En numerosos análisis se han encontrado restos de proteína animal en las harinas . La legislación las tolera siempre que estén en unos mínimos. Por otra parte, la harina de grillo ya se está utilizando para fabricar pienso animal.

NORMATIVA ALIMENTACIÓN DE INSECTOS

En diciembre de 2015 el Parlamento Europeo aprobó una propuesta de legalización del consumo de insectos en el entorno UE. Los países miembros tienen hasta finales de 2017 para aplicar la legalización.Hasta la publicación la Unión Europea no contemplaba desde el punto de vista legislativo la producción y comercialización de insectos para consumo humano. Algunos países como Bélgica sí autorizaban la venta de un número determinado de especies.

INSECTOS SON UN NUEVO ALIMENTO

Las nuevas condiciones normativas incluyen a los insectos  dentro de la definición de «nuevo alimento». Aun así, estos cambios serán aplicables a finales de 2017.  En la UE, un «nuevo alimento» se define como aquel que «no se ha consumido de forma significativa antes de mayo de 1997». En esta categoría entran alimentos producidos a partir de las nuevas tecnologías. También los que se comen en otros lugares pero que no han formado parte del consumo tradicional europeo. Se calcula que más de dos millones de personas en todo el mundo incluyen los insectos en su dieta diaria. Estos consumidores no los encontramos ni en EE.UU. ni en la UE. Dentro de la definición de «nuevo alimento» también estarían las partes de los insectos como las patas, las alas y la cabeza. El objetivo de los cambios legislativos es que la autorización de nuevos alimentos, en este caso de insectos, sea «sencilla, rápida y eficiente». De esta forma se podrían comercializar de forma más rápida siempre y cuando se haya demostrado su seguridad. El Reglamento no permite, sin embargo, que sean los Estados miembros los que autoricen o prohíban nuevos alimentos. Pero sí pueden suspender o restringir su comercialización, si consideran que supone un riesgo para la salud. Siempre deberán informar a la Comisión Europea.   En octubre de 2015, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) también abordó la cuestión de cuáles serían los riesgos de comer insectos. En un estudio comparaba los riesgos potenciales con las fuentes convencionales de proteína animal. Según la EFSA, la posible presencia de riesgos biológicos y químicos derivados de los insectos dependerá de los métodos de producción, de lo que se alimentan los insectos, de la etapa del ciclo de vida en la que se recogen, de las especies y de los métodos usados durante el procesamiento.

OTROS ASPECTOS S CONSIDERAR

Por sus propiedades biológicas, deben tenerse en cuenta cuestiones de seguridad microbiana, toxicidad y presencia de compuestos orgánicos. Como otros productos, también proporcionan un entorno favorable al crecimiento microbiano, incluyendo bacterias, hongos o virus. Pese a ello, y según la FAO, «no se conocen casos de transmisión de enfermedades o parasitoides a humanos derivados del consumo de insectos. Esto, claró está, siempre que se hayan manipulado en las mismas condiciones de higiene que cualquier otro alimento». Según la organización, pueden darse problemas de alergias como las que ocasionan los crustáceos. Al contrario que los mamíferos y las aves, los insectos darían menos problemas en cuanto a infecciones zoonóticas se refiere. Así que nada, dentro de poco nos vemos comiendo insectos ¿qué opináis? Recordad que «Juntos alimentamos la seguridad»

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