SEGURIDAD ALIMENTARIA EN EL EMBARAZO VOLUMEN III. LISTERIOSIS

¡Buenos días chic@s!

Y siguiendo con temática “buena esperanza” hoy os vamos a hablar de la listeria. Es quizás de los bichillos más problemáticos en el embarazo, puesto que como vimos en la toxoplasmosis, unos anticuerpos positivos de exposicón previa al embarazo permitían relajarse, la listeria puede afectar a toooooooodas las embarazas.  Y es una bacteria, que no sé si os acordais de anteriores ocasiones en las que os hablamos de ella,, tiene la peculariadidad que prolifera en refrigeración.

La listeriosis es una enfermedad causada por la bacteria llamada Listeria monocytogenes capaz de sobrevivir y reproducirse en los alimentos. Los síntomas de listeriosis pueden incluir fiebre, dolores musculares y a veces síntomas gastrointestinales, como náuseas o diarrea. Si la infección avanza al sistema nervioso, puede producir síntomas como dolor de cabeza, rigidez en el cuello, confusión, pérdida del equilibrio o convulsiones. Las mujeres embarazadas pueden experimentar síntomas leves parecidos a los de la influenza (gripe); sin embargo, las infecciones durante el embarazo pueden provocar abortos espontáneos o muertes fetales, partos prematuros o infecciones en el recién nacido .

Las directrices generales para la prevención de la listeriosis son similares a aquellas para ayudar a prevenir otras enfermedades transmitidas por los alimentos, como la salmonelosis, con la particularidad, que al ser capaz de crecer en refrigeración habrá que prestar especial atención a los alimentos que no vayan a ser sometidos a tratamiento térmico ¡RECORDAD QUE UN TRATAMIENTO TÉRMICO DE 65ºC DURANTE AL MENOS 3 MINUTOS ES LO ÚNICO QUE PUEDE ELIMINAR ESTA BACTERIA!!!!!

Recomendaciones generales:

  • Guisar, cocer, asar o freir los alimentos completamente, evitando que queden poco hechos en su interior; en particular los de origen animal, tales como hamburguesas, pollo y otras carnes, pescados, mariscos y huevos; así como los que utilice de ingredientes en otros platos (macarrones, empanadas, pizza, etc.): las carnes cocinadas no deben quedar sonrosadas en su interior. Cuando se cocine carnes de aves, se debe comprobar además que se separa fácilmente la carne del hueso.  Cuando se cocine pescado, se debe comprobar que la espina central se despega fácilmente y el color de su carne ha cambiado (blanca generalmente). Cuando se cocine alimentos fluidos, tales como sopas, cremas, salsas o guisos, se debe esperar al menos hasta que hiervan (borboteo).
  • Si se conservan restos de comida en el frigorífico, antes del consumo, se deben recalentar bien; esperar hasta que hiervan o humeen y salgan muy calientes.
  • Lavar minuciosamente los vegetales crudos antes de consumirlos. Desinfectarlos con lejía apta para uso alimentario según instrucciones de fabricante.
  • Separar las carnes crudas de los vegetales y de los alimentos cocidos y los que vienen listos para consumir: evitar contaminaciones cruzadas.
  • Evitar consumir leche o queso sin pasteurizar (crudos) y otros alimentos hechos con este tipo de leche.
  • Lavarse las manos y lavar los cuchillos y tablas de cortar después de manipular alimentos crudos.
  • Consumir los alimentos perecederos y los listos para consumir antes de la fecha de expiración.
  • No comer quesos blandos como feta, Brie y Camembert, quesos azules veteados o quesos estilo mexicano, como queso blanco, queso fresco y Panela, a menos que en la etiqueta se indique que están hechos con leche pasteurizada.
  • Se recomienda no adquirir los quesos en trozos o láminas, pues los cuchillos o cuchillas utilizadas para el corte, así como otras superficies de contacto, pueden haber propiciado la contaminación por Listeria. Lo mismo con cárnicos picados.
  • No comer perritos calientes (hot dogs), carnes frías ni fiambres, a menos que los haya recalentado a altas temperaturas.
  • Evitar que los líquidos de los paquetes que contienen salchichas, carnes frías o fiambres entren en contacto con otros alimentos, utensilios y superficies donde se preparan alimentos. Lávese las manos después de manipular estos alimentos.
  • Se debe evitar el consumo de embutidos y patés, tales como jamón, chorizo, lomo embuchado, salchichón, salami, mortadela, salchichas (frescas o Frankfurt), tocino, patés u otras presentaciones para untar, ya sea por el eventual riesgo microbiológico que supone la fabricación sin tratamiento térmico o por una posible contaminación posterior. No obstante, se puede consumir sin este riesgo:
    • Los productos cárnicos que vayan a ser cocinados, como por ejemplo, los que se incorporan a un cocido o las salchichas si se cocinan suficientemente, dado que las altas temperaturas de cocinado destruyen a los microorganismos patógenos.
    • Los productos cárnicos en conserva, como por ejemplo, latas de jamón cocido o patés adquiridos en su envase original, dado que el tratamiento de esterilización los hace seguros. Una vez abierto el envase, siga las recomendaciones de conservación indicadas en la etiqueta, y en su ausencia, consuma su contenido en un plazo máximo de 4 días.
  • No consumir mariscos ahumados refrigerados a menos que se hayan cocido en un platillo, como en un guiso. Los pescados ahumados refrigerados como el salmón, la trucha, el pescado blanco, el bacalao, el atún o la caballa por lo general tienen la etiqueta de «nova-style», «lox», «kippered», «smoked» o «jerky». Este tipo de pescado se encuentra en la sección de alimentos refrigerados o se vende en la parte de fiambrería de los supermercados o los comercios de carnes frías.

 

¿Clarito? Cualquier consulta no dudéis en contactarnos o dejar vuestro comentario.

 

Recordad que Juntos alimentamos la seguridad.

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