INTOXICACIONES ALIMENTARIAS EN NIÑOS

¡Buenos días amig@s!

Por todos es sabido que junto con los ancianos, los niños constituyen un grupo de riesgo en las enfermedades de transmisión alimentaria. Las bacterias (principalmente), las toxinas, los parásitos y los virus son los responsables de que un alimento esté en mal estado y por tanto los culpables de que aparezcan los síntomas en nuestros pequeños.

Los síntomas más comunes de una intoxicación alimentaria en niños son los mismos que que en adultos:  náuseas, dolor abdominal, vómito, diarrea, sudoración y palidez, fiebre, dolor de cabeza y debilidad. Los síntomas se manifiestan desde 2 hasta 48 horas después de haber comido algo en mal estado.  Si la intoxicación es leve, remitirá por sí sola poco a poco. En el caso de los más pequeños hay que prestar especial atención a la deshidratación: deteniendo los vómitos o diarreas en los casos más graves, acudiendo siempre al médico para realizar cualquier tratamiento.

Las medidas preventivas para evitar la aparición de intoxicaciones en niños son las mismas que para evitar cualquier tipo de enfermedad de transmisión alimentaria, si bien es cierto, que es importante prestar especial atención a las preparaciones de los peques de la casa…ya que como hemos dicho son más propensos:

  1. Hay que lavarse las manos antes de manipular cualquier alimento y durante la manipulación de alimentos diferentes, evitando contaminaciones cruzadas.
  2. Los cubiertos y utensilios que se vayan a utilizar para elaborar la comida deben estar especialmente limpios y desinfectados: lo ideal es pasarlos por máquina lavavajillas que garantiza una adecuada desinfección térmica (los bichillos que pudiera haber son eliminados por las elevadas temperaturas que se alcanzan en los aclarados de estas máquinas).
  3. Los trapos de la cocina portan muchas bacterias (son útiles que actúan como vehículos de microorganismos), por ello hay que lavarlos con frecuencia, aunque lo mejor es usar papel de cocina desechable para estos fines.
  4. Hay que vigilar que las temperaturas de los equipos de frío (frigorífico y congelador) son las adecuadas: el frigorífico debe situarse por debajo de los 4ºC y el congelador por debajo de los -18ºC.
  5. Nunca se deben congelar los alimentos una vez descongelados.
  6. Se debe prestar especial atención a la manipulación de los huevos (recordad que la Salmonella se sitúa en la cáscara) y otros alimentos con probabilidad de estar altamente contaminados (frutas y verduras sin desinfectar, por ejemplo).

 

Como veis son medidas que caen “de cajón” pero que en caso de realizar elaboración para niños debemos de tener especialmente en cuenta.

¡Recordad que “Juntos alimentamos la seguridad”!

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